A pesar de las dificultades de los últimos años, “para Euskadi lo mejor está por llegar”. Con esta convicción se ha dirigido Iñigo Urkullu a las más de mil personas que han acudido al acto público en el que EAJ-PNV ha oficializado la decisión de la Asamblea Nacional por la que el propio Urkullu seré el candidato jeltzale a Lehendakari en los comicios del próximo otoño. “Trabajando juntos, vamos a cumplir el sueño de una nueva Euskadi competitiva al servicio de las personas”, ha afirmado Urkullu, quien ha agradecido la confianza depositada en él por la Asamblea Nacional, por el Euzkadi Buru Batzar y por el conjunto de la militancia jeltzale y ha asegurado que dará lo mejor de sí mismo por el Pueblo Vasco. Urkullu será cabeza de lista por Araba.

En su discurso, el Lehendakari ha declarado que, si bien la economía “está recuperándose”, aún “queda mucho por hacer”. Urkullu ha abogado por “crecer, por mejorar la distribución de la riqueza, por hacer que las becas lleguen a quienes más lo necesiten, por crear empleo de calidad, por ganar competitividad a través de la investigación y el desarrollo tecnológico en la industria”. En este sentido, Urkullu ha marcado cuatro líneas de trabajo de cara al futuro: una Euskadi cohesionada y con calidad de vida; una Euskadi que encuentre su espacio en el mundo; una Euskadi que preserve su patrimonio, instituciones, identidad, cultura; y por último, una Euskadi que sea capaz de crecer y generar oportunidades de empleo de calidad.

Asimismo, se ha mostrado favorable al “trabajo en común con los partidos políticos, las instituciones y asociaciones. Nuestro porvenir pasa por saber qué podemos hacer juntos para crecer”. También ha subrayado la necesidad de acometer un trabajo en común en favor de las personas; en favor de una Paz basada en la promesa de libertad y dignidad humana; en favor de una Europa con alma; y en favor de más autogobierno porque el autogobierno es “garantía de futuro y es más bienestar”. En consecuencia, el Lehendakari apuesta por “un nuevo pacto político que sea fruto de la decisión de las y los vascos, siguiendo normas y procedimientos legales, democráticos. Procedimientos que no sean una limitación sino garantía de su ejercicio. Un Pacto que se respete y se cumpla por parte de los dos sujetos políticos, ambos legítimos”.